jueves, 17 de septiembre de 2009

El juego de pelota y los sacrificios


La competencia del juego de pelota servía en toda Mesoamérica para designar al más apto para ser sacrificado. Los jugadores que participaban en el juego tenían un gran honor, y no sólo jugaban en ámbito deportivo, sino que tenía un significado cosmológico.

Se ponía la vida en riego (de hecho, en muchos pueblos ganaras o perdieras eras sacrificado) y al final, los ganadores eran sacrificados en una ceremonia, en la cual su sangre "fertilizaba" la cosecha y así parte de sus vidas era transmitida al resto del pueblo. Los perdedores eran sacrificados sin honor.

Con la llegada de los españoles los misioneros y frailes consideraron esta práctica como bárbara y satánica, sin embargo la verdad es que era su forma de congraciarse con sus Dioses.

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